Paracaidista en Donostia San Sebastián
Publicado el 07 de noviembre de 2019.
El espectáculo más importante que se celebró a principios de noviembre de 1919, en Donostia San Sebastián, fue sin duda la presentación del paracaídas inventado por Torquins Greco, que hizo su demostración frente al paseo del Príncipe.
“A la una menos cuarto cesó de llover y cinco minutos más tarde apareció en el horizonte el biplano, que llevaba a Torquins Greco sentado debajo de los asientos, medio colgado, el cual saludaba a la multitud. La expectación era inmensa.
El aparato describió varias espirales y fue tomando altura. Cuando el “altímetro” marcaba la de mil doscientos metros, se vio a Torquins Greco lanzarse al espacio. El público quedó sobrecogido ante aquel alarde de valor y de audacia y recobró la respiración cuando vio abrirse rápidamente el paracaídas y comenzar un descenso lento, majestuoso. Para destruir toda suposición de “combina” y de sustitución por un muñeco- ¡porque todo eso se había dicho! Torquins Greco comenzó a hacer piruetas. La bajada fue lenta, casi pudiéramos decir solemne y el inventor cayó al agua, de donde fue recogido en el acto por una de las embarcaciones. Entonces se vio algo que de haberlo visto cada uno de los espectadores se le hubieran puesto los cabellos de punta. El mosquetón que el “arrojado” inventor llevaba al cinto, se había roto y el inventor del paracaídas bajó agarrado a la cuerda.
Durante el descenso el biplano tripulado por Bouyer estuvo “convoyando” el paracaídas, haciendo unos virajes y describiendo unos círculos dificilísimos que llamaron justamente la atención.
Torquins Greco desembarcó, siendo felicitadísimo por las autoridades y ovacionado de una manera formidable por el público. En un automóvil se dirigió al Aero Club, siendo objeto en el camino, de expresivas manifestaciones de entusiasmo por parte del público, que se hacía lenguas del soberbio y emocionante espectáculo que había presenciado.”