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El Balneario de la Perla en San Sebastián

Publicado el 02 de julio de 2015.

El Balneario de la Perla en San Sebastián

Hoy 2 de julio se cumplen 103 años de la inauguración del Balneario de la Perla en el mismo lugar en que se encuentra el actual balneario, que todos sabéis que es de nueva construcción. Pero sus orígenes se remontan a muchos otro balneario, El Perlón, mucho más antiguo que sobre pilotes estaba en la arena en el centro de la playa, a la altura de la actual Rotonda.

La Perla tuvo un origen regio o para ser precisos, un origen “principesco”.

Fue en julio de 1868 cuando inauguraron dos madrileños, el primer balneario de la Concha. El permiso lo otorgó el Gobernador:

“...para levantar una barraca, o pabellón en la concha de este puerto, estacional y con destino a baños en la temporada de estos, habiéndose destinado para la colocación el centro de las dos rampas, para la bajada a dicha concha, con las entradas independientes para señoras y caballeros.”
Reinaba todavía Isabel II, y lo titularon “Baños del Príncipe Alfonso”. Era un edificio de madera de 46 m de longitud, situado donde hoy está la Rotonda.
Dos datos curiosos de esta cita literal:

1. Se refieren a la “concha de este puerto” y no a “la Concha” con mayúscula. El nombre de “concha” era sinónimo de bahía, y así se repite este nombre en muchos parajes de la costa cantábrica. La importancia que tomó luego ‪#‎SanSebastián‬ como ciudad balnearia, hizo que “La Concha” sea ahora conocida por todo el mundo (o casi), como sinónimo de nuestra bahía y playa, y no de otro lugar, aunque haya “conchas” magníficas en otras poblaciones.
2. Se concede que se construya el barracón de madera frente a la doble rampa de la playa (“el centro de dos rampas”) y no es por casualidad. El primer tramo de la playa, desde la rampa del Londres hasta la rampa de la Rotonda se reservaba para el baño de las mujeres, y estaba muy mal visto que los paseantes (hombres) se pararan en esa zona a mirar a las bañistas, pese a los recios trajes de baño de estameña que usaban. Se podían llevar una reprimenda de los guardas municipales.

El siguiente tramo era el de los hombres, y también iba de rampa a rampa, desde la segunda rampa de la Rotonda hasta otra que había a la altura del Eguzki (hemos dicho que no estaba construida la Perla de 1912). Más allá se bañaban de la forma tradicional, o sea "en cueros", como los soldados que lo hacían a toque de corneta. De esta forma, las mujeres y los hombres bajarían por rampas diferentes al mismo barracón de baños en donde evidentemente tenían también separadas las cabinas. Lo que más interesaba a los hombres era la galería que les permitía una estancia tranquila mientras tomaban un refresco y contemplaban el incomparable panorama y a las bañistas.

Isabel II fue destronada a finales de ese mismo verano y al año siguiente este barracón cambió su nombre a uno menos aristocrático pero más poético y adecuado: “Baños de La Perla del Océano”. También se inauguró en julio, por lo que mañana seguiremos.
Imágenes:

1. Grabado de José Goicoa, (todavía estudiante de arquitectura) para la revista El Museo Universal, en el verano de 1868 (que me perdone por colorear el pabellón de baños).
2. La doble rampa del “Paseo de los Baños” (antes de 1868)
Datos e imágenes de nuestro libro "San Sebastián 1912"


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